viernes, 20 de mayo de 2011

ENSAYO MUERTE DIGNA

INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE CHIAPAS
SISTEMA EDUCATIVO "SALAZAR NARVAEZ"
CLAVE: 07PSU0002D





ENSAYO


MUERTE DIGNA

MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN DE LA SALUD



P R E S E N T A:

María Eugenia Hernández Rosales
María Isabel Núñez Chambe
Leticia Candelaria Sánchez Culebro



TUXTLA GUTIERREZ, CHIAPAS               MAYO 20 DEL 2011


INTRODUCCIÓN


"Una de las funciones más nobles de la razón consiste en saber si es o no, tiempo de irse de este mundo". (Marco Aurelio, Libro III)

En el presente ensayo sobre la muerte digna, se trata de exponer los diferentes argumentos a favor o en contra de esta, consideradas como dignas o indignas de los seres humanos, con los juicios y las acciones como respetuosos con la dignidad de ellos, sin necesidad de apelar a convicciones religiosas, políticas o ideológicas que tenga cada uno, por que esto es tan inevitable como necesario en una sociedad tan pluralista como la nuestra. Lograr este reto tan difícil solo puede ser el acuerdo, el consenso dialógico en torno tanto a los principios éticos básicos como en torno a los procedimientos de decisión.

Primeramente se da una breve explicación de su significado, para después explicar por qué se debe o no morir dignamente. Se dan también definiciones o comentarios de personas que han hecho alusiones al respecto. Elegí hablar de la MUERTE DIGNA (EUTANASIA) ya que es un tema actual que ha causado mucha controversia y prejuicios a nivel mundial.

Hay quienes apoyan a la práctica de la eutanasia ya que consideran que todo ser humano, tiene el derecho a que se le reconozca la posibilidad de disponer de su propia vida en situaciones especiales simplemente por la dignidad que éste puede tener, el reconocerle a un ser humano la posibilidad de definir que hacer con su vida es respetar la humanidad del otro (su humanidad), es el respeto de la libertad y de la vida propia, y esto nos ayuda a definir lo que es una vida digna, se puede argumentar desde este punto de vista, de la dignidad humana, la exigencia de instaurar la eutanasia (bajo ciertas condiciones) como una lucha por el reconocimiento del derecho a la muerte digna, entendiendo por muerte indigna aquella que prolonga inmisericordemente la vida por medios artificiales, en la que la vida se escapa lentamente y se da un apego puramente al cuerpo físico. Por otro lado hay quienes lo rechazan por considerarlo que no somos nadie para impedir la prolongación de la vida, que se debe luchar por ella hasta el último momento, en apego a la posibilidad de un diagnóstico equivocado, una decisión rápida, etc.











DESARROLLO DEL TEMA

El principal derecho que tiene todo ser humano es el de la vida, pero cuando esta se ve gravemente afectada por unas condiciones de salud lamentables y horribles, que llevan a quien las padece a verse en una situación de cuidados intensivos, de la cual no se sabe si saldrá, donde su existencia está en la cuerda floja, donde puede existir una salida irreversible, donde la existencia dependerá en el futuro de medios extraordinarios, conectado a máquinas como el respirador artificial, cabe preguntarse si se está cuidando la vida o prolongando la agonía que nos puede llevar a la muerte. En un momento así por que no pensar en la EUTANASIA muerte. Por lo que significa: buena muerte, dulce y libre de sufrimientos.

La palabra eutanasia viene del griego: eu = bueno, thanatos = muerte. "Buena muerte" término que ha evolucionado y actualmente hace referencia al acto de acabar con la vida de otra persona, a petición suya, con el fin de minimizar su sufrimiento. La empleó por primera vez  Francisco Bacon en el siglo XVII.

Para poder desarrollar apropiadamente el tema, es necesario conceptuar desde un principio los siguientes términos: Muerte y Dignidad.

La muerte es la terminación de la vida, la desaparición física del escenario terrenal donde hemos venido actuando y viene a ser, por lo tanto, él último e inevitable acto de nuestra existencia. Sencillamente, es él precio usual que pagamos por haber vivido. Es que como dijera el famoso anatomista francés Xavier Bichat "la vida no es otra cosa que el conjunto de funciones que resisten a la muerte". Resistencia que irremediablemente es vulnerable, es decir tiene un límite.

La vida, por otro lado, nos pertenece; es algo personal e intransferible. De igual manera la muerte es también algo personal e intransferible. Por eso realmente creo que puede afirmarse con propiedad que el individuo muere su propia vida y vive su propia muerte.

Los seres humanos transitan sus propias vidas alentados o estimulados por pequeñas o grandes aspiraciones, que algunos llaman los "acicates", es decir los incentivos para vivir. Pero de estos los que menos desea cualquier individuo son: la miseria y el dolor. El hecho de aspirar a no vernos colocados en circunstancias que inspiren lástima y compasión ante los ojos de los demás, establece una actitud frente a la vida, a la que se le llama dignidad.

Dignidad es un comportamiento con gravedad y decoro, una "cualidad que enriquece o mantiene la propia estima y la de los demás". Si en verdad nos estimamos a nosotros mismos no iremos a aspirar jamás a que se nos compadezca por nuestro estado de miseria y de dolor. Es así que tenemos el derecho de vivir con dignidad y por lo tanto se asume que también tenemos el derecho de morir con dignidad.

La muerte de Sócrates, tal como la describe Platón en Faidón y Alain de Botton en Las consolaciones de la Filosofía, es él más precioso ejemplo de muerte con dignidad. El filósofo Sócrates, modelo de templanza y de moralidad, poco antes de emprender el viaje sin retorno creyó prudente ir a bañarse para evitar con ello que las mujeres como era costumbre, tuvieran, luego de muerto, que lavar su cadáver. Una vez limpio bebió el veneno, hasta la última gota, y cuando sintió sus piernas ya pesadas, se acostó dignamente sobre sus espaldas sin quejarse ni mostrando sufrimiento alguno, si no al contrario él era la persona más optimista que se encontraba en ese lugar, ya que toda la demás gente sufría al saber que Sócrates iba a morir, con esto despertó la admiración de cuantos lo rodeaban.

En cambio, el gran poeta Porfirio Barba Jacob de miseria y de dolor, físico y moral, exclamó poco antes: "Presento disculpas por esta agonía tan poco gallarda" habiendo perdido su propia estima y la de los demás, no le restaba al célebre poeta sino ofrecer excusas por la muerte nada digna que estaba viviendo.

La eutanasia ha sido entendida como la ayuda a morir o la asistencia al suicidio de quien no puede hacerlo por sí mismo, es éticamente legítima. Existen dos clases de eutanasia la pasiva que consiste en dejar morir a la persona, suspender un tratamiento médico, o no mantenerla artificialmente con vida. Y también existe la eutanasia activa que consiste en hacer algo para que la persona muera, como la administración de un veneno o droga letal.

Todos los seres humanos tenemos el derecho a la libertad propia que implica la tolerancia, la aceptación de la libertad de los demás incluso cuando no nos gusta lo que hacen. Obligar a vivir en sufrimiento es peor que permitir morir en paz. Prohibir la eutanasia es legislar en contra del más débil, del que quiere morir pero no puede suicidarse, y provoca la continuación del sufrimiento. La penalización de está castiga severamente a quien hace un gran bien según la valoración subjetiva relevante de la persona que recibe el alivio de la muerte. Los que están en contra de la legalización de la eutanasia tal vez cambiarían de opinión si se vieran en una situación desesperada y necesitaran a alguien que les ayudara a morir. Participar en una eutanasia puede ser un acto de piedad.

Como ya se mencionó al inicio, la vida es un derecho, pero no un deber u obligación. Cada persona tiene derecho exclusivo a su vida porque ésta no puede traspasarse a ningún otro, pero puede disponer de ella y extinguirla según su voluntad. La vida no es un deber.

La práctica de la muerte digna ha sido tanto apoyada como rechazada desde los principios de la humanidad, ya que muchos consideran que es ponerse en el lugar de Dios, cuando no lo es ya que Dios nos dio la capacidad de disponer de lo que hacemos incluyendo nuestra vida, y si dicen que Dios quiere siempre lo mejor para nosotros no creo que quiera vernos en un estado de sufrimiento deplorable.

A la vez ha habido muchas personas que han apoyado esta práctica utilizando diversos argumentos que se consideran muy válidos.

Los estoicos, (Séneca, Epícteto y Marco Aurelio) ven la muerte digna así:

Séneca dice que: "Es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con sufrimiento".

Epícteto predica la muerte como una afirmación de la libre voluntad. Es decir la vida así no tiene rumbo alguno y solo provoca sufrimiento tanto para el enfermo como para los familiares de él, por lo que el enfermo tiene el derecho a decidir. También ha sido apoyada por Platón ya que él dice que "es mejor dejar morir a quienes no sean sanos de cuerpo". Aunque creo que esto no se aplica en general, ya que hay mucha gente que puede no estar totalmente sana pero que es útil y feliz como esta.

Ahora bien los utilitaristas dicen que cualquier acción moralmente buena cuando produce mayores beneficios que perjuicios y un mejor balance de buenas consecuencias respecto de cualquier otra acción alternativa.

Bentham identifica el "bien" en cuestión con el placer o la felicidad, y el mal con el dolor o la infelicidad. Por lo tanto los utilitaristas apoyan "El mayor bien para el mayor número". Creo definitivamente que no causara mayor bien tener a una persona agonizando, que a una persona muerta que murió en un buen estado, sin sufrir mucho y en una forma digna. Dicen los utilitaristas que el mayor bien para el mayor numero, entonces considero que habrá mayor bien y felicidad tanto para el enfermo como para su familia si se le ayuda a morir en una forma digna, y habrá un mayor mal y dolor si le ayuda a prolongar el sufrimiento. Por lo tanto la eutanasia es buena, dados los dolores que se le quitan a quien los está sufriendo, se disminuyen los daños a la sociedad y se termina con una "carga" para la familia. Quien se retira de la vida no le produce daño a la sociedad, a lo sumo deja de producirle un bien.

Otro defensor de la muerte digna es Tomas Moro, quien dice que: "Cuando a los males incurables se les añaden sufrimientos atroces, los magistrados y sacerdotes, se presentan al paciente para exhortarle y tratan de hacerle ver que está ya privado de los bienes y funciones vitales y puesto que la vida es un puro tormento, no debe dudar en aceptar la muerte, no debe dudar en liberarse a sí mismo o permitir que otros le liberen esto es, la muerte no le apartará de las dulzuras de la vida sino del suplicio y se realiza una obra piadosa y santa, este tipo de muerte se considera algo honorable".

Aunque mi postura es a favor de la práctica de la muerte digna también reconozco que existen varios motivos validos en contra de esta como que al aceptar la eutanasia es entregar la libertad y al mismo tiempo acabar con ella. Así como podrían aumentar el número de eliminaciones a débiles y personas subnormales si se aplica de una manera poco ética la eutanasia, así mismo, aumentarían las presiones sobre el ejecutante (médico) del acto por parte de la familia. Y también podrían existir homicidios con máscara de muerte digna para cobrar tal vez una herencia.

Como se ve, el mar de preguntas que nos arrastra aún es grande, sin embargo, ya existe una cierta conciencia en nuestro tiempo para que ella sea aceptada de alguna manera, los valores se han ido transformando poco a poco y ya se está llegando, a que algún día, no muy lejano, se apruebe el derecho a una muerte realmente justa. Los individuos están tomando más en serio su papel dentro de este momento histórico y se comienzan a preguntar sobre aspectos trascendentales en la existencia del ser.


Evidentemente, hay gente a favor de una cosa y gente a favor de otra. Me parece que el morir “dignamente” lleva muchos inconvenientes, como por ejemplo, ¿Se debe morir con dolor? ¿Deberíamos ayudar a alguien que quiere morir?, etc. Mi opinión es que sí que creo que se deba ayudar a no sentir dolor al morir, no estoy de acuerdo con vivir conectado a una máquina para poder hacerlo, pero tampoco morir con un dolor insoportable. Aquí entra en juego la eutanasia, que es la muerte a petición del enfermo, y que levanta una gran polémica: Hay gente que dice que sí, otra gente pone condiciones, la Iglesia se niega ya que argumenta que la vida no es algo de lo que seamos dueños y por lo tanto no podemos decidir sobre ello, es más la Iglesia actualmente la combate.

También hay que tener en cuenta que en nuestra sociedad el suicidio está mal visto, luego ¿La eutanasia es un suicidio? Pues sí y no. Sí ya que uno mismo decide morir, no ya que las circunstancias son especiales. Pero ¿realmente queremos muerte digna? Yo creo que mucha gente que está a favor de ella se tendría que ver en la situación y antes de ponerse en contra tendrían que tener en cuenta que cada caso es distinto y peculiar; y también al revés, la gente que está a favor tiene que saber todos los casos, ya que creo que ninguno es igual a otro.

Los cuatro principios éticos básicos desde un punto de vista de la bioética y que marca con mucha precisión la muerte digna son los siguientes:

Principio de No-Maleficencia: Debe evitarse realizar daño físico, psíquico o moral a las personas. Para ello debe evitarse realizarles intervenciones diagnósticas o terapéuticas incorrectas o contraindicadas desde el punto de vista científico-técnico y clínico, inseguras o sin evidencia suficiente, y proteger su integridad física y su intimidad.

Principio de Justicia: Debe procurarse un reparto equitativo de los beneficios y las cargas, facilitando un acceso no discriminatorio, adecuado y suficiente de las personas a los recursos disponibles, y un uso eficiente de los mismos.
Principio de Autonomía: Debe respetarse que las personas gestionen su propia vida y tomen decisiones respecto a su salud y su enfermedad.

Principio de Beneficencia: Debe promocionarse el bienestar de las personas, procurando que realicen su propio proyecto de vida y felicidad en la medida de lo posible.

Una cuestión importante a tener en cuenta es que estos 4 principios no están situados todos en un mismo plano, sino en dos diferentes, aunque complementarios. Un primer plano lo marcan los principios de no-maleficencia y justicia, y tiene que ver con el marco estructural en el que tiene lugar la relación clínica. Tienen una dimensión básicamente pública. Establecen los límites entre lo que puede decidirse o no en el segundo plano. Así, lo primero que tienen que garantizar las organizaciones sanitarias y los profesionales es que la atención a los ciudadanos evite en lo posible el riesgo de producirles daño y ponga a su disposición los procedimientos y tecnologías más efectivas para la protección y promoción de la salud (Principio de No-Maleficiencia).

Lo segundo que tienen que asegurar es que la inversión de los recursos públicos en dichos procedimientos y tecnologías sea eficiente y que, una vez se han puesto a disposición de los ciudadanos, el acceso a ellos sea equitativo (Principio de Justicia).

En un plano diferente se encuentran las obligaciones nacidas del contenido de la relación clínica. Aquí el encuentro privado entre los profesionales y los pacientes permitirá concretar lo que se entienda por mejorar o cuidar la salud de las personas, y establecer, de entre las prácticas indicadas, las que se realizarán finalmente y las que no. El único límite que no puede sobrepasarse es el que establecen, en el plano anterior, la no-maleficencia y la justicia.

El profesional benefícienle aportará a la relación clínica sus conocimientos científico técnicos y su experiencia clínica con el objeto de ayudar al paciente a valorar entre las alternativas disponibles, estableciendo la indicación adecuada (Principio de Beneficencia).

El paciente autónomo aportará a la relación clínica sus valores, sus preferencias, sus creencias y su valoración subjetiva de su calidad de vida (Principio de Autonomía).

Por tanto, lo que llamamos “consentimiento informado”, la clave de las relaciones sanitarias modernas, no es más que el resultado de un proceso de deliberación acerca de las obligaciones éticas derivadas de la autonomía y la beneficencia, en un marco predeterminado por la no-maleficencia y la justicia. Una decisión clínica debe empezar siempre confrontándose con los principios del marco (no-maleficencia y justicia), y sólo si los supera debe ponderarse en función de los del contenido (autonomía y beneficencia).

Pero el juicio moral sobre la legitimidad ética de una determinada actuación no se hace sólo con principios. La complejidad de la vida real es tan enorme que con frecuencia ningún sistema de normas o principios éticos es capaz de dar respuesta adecuada a todas las situaciones.

A veces, paradójicamente, nos vemos obligados a justificar excepciones a los principios porque entendemos que una aplicación ciega de los mismos, desatendiendo a los contextos reales, puede ser más perjudicial que quebrantarlos. En tales casos optamos por el mal menor y justificamos excepciones.

Todo sistema de principios y normas lleva aparejado, inevitablemente, un elenco de excepciones. Esto no desautoriza los principios o normas, que siguen siendo válidas, pero las resitúa en una perspectiva humanizadora, siempre y cuando la justificación de la excepción sea correcta. Todo esto es clave para analizar la muerte digna desde el punto de vista de la bioética.

En contra de lo que durante mucho tiempo se ha dicho el principal problema ético de la eutanasia y el suicidio asistido no es si es o no aceptable que una persona quiera morir y solicite a otra que ponga fin a su vida. Aunque esto pueda plantear problemas desde el punto de vista de las morales religiosas, desde el punto de vista de la bioética civil es perfectamente legítimo, algo derivado del principio de autonomía. Dicha petición, para poder ser tenida en consideración sólo tiene que cumplir los requisitos que exigimos a las acciones autónomas: ser libre y voluntaria, ser informada y ser realizada en condiciones de capacidad. El problema viene después de que esa petición se ha formulado y consiste en determinar cuáles son las obligaciones de los demás, en concreto de los profesionales sanitarios respecto a esa petición. Es decir, la cuestión es si esta petición se configura como un derecho que genera un deber tanto en los profesionales, como en las instituciones sanitarias y en la sociedad en general.

Hasta ahora la respuesta mayoritaria ha sido que dicha petición no puede ser atendida porque quebranta otro principio ético fundamental, uno de los que establece el marco de legitimidad de toda actuación sanitaria: el principio de no-maleficencia. Los profesionales no pueden hacer cosas contrarias a la buena práctica clínica, por mucho que se lo pidan los pacientes. Y hasta ahora, en nuestro país y en la gran mayoría de los países, producir la muerte de los pacientes es algo considerado maleficente, una mala práctica clínica, algo contrario a la ética profesional y a la ética civil. Tanto es así que, como ya se ha dicho, estas conductas suelen estar sancionadas penalmente, tal y como sucede en nuestro país.

Pero eso no quiere decir que en el futuro las cosas no puedan ser distintas. Ya hemos señalado que muchas personas, grupos, etc. consideran que las actuaciones eutanásicas pueden ser compatibles con el respeto debido a la dignidad de los seres humanos. Eso precisa de dos vías de legitimación, distintas, pero que pueden ser complementarias: Una es reconsiderar la idea de que producir la muerte de los pacientes, con las condiciones que se han expuesto al definir el término eutanasia, es algo contrario al principio de no-maleficencia y que, por tanto, los profesionales sanitarios no pueden realizarlo. Esta reflexión exige un proceso sólido de maduración social acerca de cuáles son los contenidos que definen el rol de los profesionales sanitarios. Exige aceptar que, si bien el fin de estos profesionales es, de forma general, proteger la salud y la vida, a veces en determinadas situaciones esto puede llevar a los profesionales, paradójicamente, a producir la muerte del paciente. En el fondo esta es la reflexión que han hecho países como Holanda, Bélgica o Luxemburgo. Esta vía abre la puerta a procesos de legalización de esta práctica, tal y como ha sucedido en estos países. La otra vía es la de la excepción. Es decir, consiste en aceptar que, como norma general, forma parte del principio de no-maleficencia la prohibición de producir la muerte de los pacientes. Pero al mismo tiempo considerar que, en determinadas situaciones extremas, lo menos malo es quebrantar dicho principio y justificar una excepción. Esto exige definir con cuidado las situaciones concretas en que puede realizarse tal acción, y ser rigurosos en su aplicación para evitar abusos. Esta vía abre la puerta a procesos de despenalización, en los que la práctica de la eutanasia sigue siendo considerada delito, pero se acepta en determinados supuestos.













CONCLUSIÓN

Después de analizar el controversial tema llegó a la conclusión de que la vida es un fenómeno natural, y no un misterio trascendente ni un regalo de la divinidad como lo han hecho creer algunas religiones. La terminación de la vida puede suceder por algún accidente, por alguna enfermedad mortal, por agotamiento, o por la voluntad del mismo ser vivo. Si el hombre no decide el momento y las circunstancias de su muerte, entonces son el azar o las circunstancias incontrolables los que la determinan, y no una entidad divina imaginaria. Argumentar éticamente acerca de la vida supone estar vivo, pero no implica desear estar vivo. Una persona viva puede discutir con interés acerca de la vida porque desea obtener ayuda o permiso, para sí o para otra persona, para dejar de existir. Que no nos hayamos dado la vida a nosotros mismos no implica que no tengamos la potestad de quitárnosla. El ser humano es dueño pleno de su vida, no es un simple administrador, y no tiene que dar cuentas a nadie del uso que haga de ella.

El morir dignamente sería entonces el morir libre de dolor, con los analgésicos y tranquilizantes necesarios para el desasosiego y con el suministro de medicamentos que se requieran contra las incomodidades que se puedan presentar, eliminando en lo posible el sufrimiento de morir en vida. Aunque no solamente reduciendo el dolor, lo que vale es una vida con cierta autonomía y libertad. El morir dignamente es que se respete la dignidad del moribundo, hay casos en que el paciente anhela de alguna manera la muerte, pero por causa de la intromisión médica, protegida en un deber moral, el paciente debe soportar una degradación tan grande que no la iguala lo terrible que podría ser el camino hacia la muerte, destruyéndose la dignidad de la persona, por lo cual éstas medidas ya no conservan un ser humano. Lo que debe preservar el médico es al ser humano integral y no solamente una mera existencia vegetativa. En nuestra época actual, con intereses diferentes, con ritmos de vida distintos, con horizontes de vida mucho mayores, con una sociedad más evolucionada, con mayores avances tecnológicos ya podría pensarse en ir reconociendo la eutanasia.

También creo que se debe entender que la a eutanasia y el asesinato son esencialmente diferentes. La eutanasia no equivale a la eliminación de los ancianos inútiles o gravosos, de los disminuidos psíquicos y de los miembros indeseables de una sociedad. Legalizar la eutanasia no equivale a decidir quién puede vivir y quién no. Tener derecho a ayudar a alguien a morir según su voluntad no implica poder asesinarlo en contra de su voluntad. El miedo al peligro de los abusos, a que la legislación evolucione de tal modo que el médico pueda matar al paciente en contra de su voluntad, es equivalente a creer que legalizar las relaciones sexuales o la prostitución fuera a llevar a legalizar las violaciones. La confusión entre eutanasia y asesinato en algunos debates parece provocada a conciencia como distracción ante la falta de argumentos de los que la prohíben.

Además no se debe confundir a un médico y a un asesino. Ya que un asesino es un profesional que mata a una persona en contra de la voluntad de la víctima, y en la eutanasia la víctima desea morir. La profesión médica no tiene misiones inmutables fijadas por un juramento hipocrático, sino que tiene unos conocimientos que pueden ser útiles para otras personas: la mayoría de los pacientes quieren conservar la salud y seguir vivos, unos pocos quieren que les ayuden a morir de forma digna. No parece sensato temer a un médico porque haya ayudado a morir a otras personas. Los médicos siempre han tenido conocimientos que les dan poder para matar, pero que se legalice la eutanasia no implica que tengan más fácil el asesinato de sus pacientes.

Para finalizar este tema es importante que en nuestro país como es México, podría ser la muerte digna que causa menos perjuicios que de beneficios, debido a que no están dadas las condiciones de conciencia, de legislación, y de cubrimiento necesarias para que se pueda tener de alguna manera en cuenta en éste país pero actualmente ya se legalizó en Holanda y otros países en vía de desarrollo, esto podría ser un aliciente para que se legalice en un futuro en nuestro  país.





























FUENTES

1.   Soberón, Guillermo; Feinholz, Dafna Muerte Dina una Oportunidad Real, Secretaría de Salud Comisión Nacional de Bioética, Primera Edición, México, 2008.
2.   http://www.monografias.com/trabajos7/eutan/eutan.shtml.
3.   http://www.juntadeandalucia.es/salud/sites/csalud/galerias/documentos/c_2_c_15_muerte_digna/cap4.pdf.
4.   De Miguel Sánchez C, López Romero A. Eutanasia y Suicidio Asistido: donde estamos y hacia donde vamos (II). Med. paliativa.2007; 14:40-9.

5.   Gracia D. Historia de la Eutanasia. En: Urraca S editor. Eutasia hoy: un debate abierto. Madrid: Noesis; 1996.p. 67-91.

6.   Manual de publicación “APA” al alcance de todos. Ernesto I. Marín A. Ángel G. Rincón G. y Oscar A. Morales.

7.   Torres, P.,M.E. (2000). La comprensión lectora desde la perspectiva andragogica (Versión electrónica). EDUCERE, 4(11), 171-179. Recuperado el 18 de marzo del 2003 en http://www.saber.ula.ve/educere/revista/.
8.   Antología del Instituto Mexicano de Tanatología A.C.
9.   AUDIVISUALES (PELICULA)
Mar Abierto
El jardinero fiel.
10.- DOCUMENTOS ELECTRONICOS.
Artículos en internet basado en fuentes impresas.

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CLAVE: 07PSU0002D






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María Eugenia Hernández Rosales

María Isabel Núñez Chambe

Leticia Candelaria Sánchez Culebro




TUXTLA GUTIERREZ, CHIAPAS               MAYO 20 DEL 2011


INDEX


Introduction ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...2
 Development of the subject ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 4
 Conclusion ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...11
 Sources ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...13



INTRODUCTION


"One of the noblest functions of reason is whether or not, time to leave this world." (Marcus Aurelius, Book III)

In this essay on death with dignity, it is out the various arguments for or against this, seen as worthy or unworthy of human beings with opinions and actions as respectful of the dignity of them, without appeal to religious, political or ideological which each one, this is both inevitable and necessary in a society as pluralistic as ours. So hard to meet this challenge can only be an agreement, consensus, dialogue on both the basic ethical principles as about making procedures.

First is a brief explanation of its meaning, and then explain why they should or should not die with dignity. It also gives definitions and comments from people who have made allusions to the subject. I chose to speak of a dignified death (euthanasia) because it is a current issue that has caused much controversy and prejudice worldwide.

There are those who support the practice of euthanasia because they believe that every human being has the right to be recognized the possibility of having his own life in special situations simply because of the dignity that it can be, the recognition of a being enable people to define what to do in life is to respect the humanity of others (the humanity), is respect for freedom and life itself, and it helps us define what is a decent life, one can argue from this view, human dignity, the need to establish euthanasia (under certain conditions) as a struggle for recognition of the right to a dignified death, meaning that undignified death mercilessly prolonging life by artificial means, in life slowly leaking and there is a pure attachment to the physical body. On the other hand there are those who refuse to consider that we are nobody to prevent aging, which must fight for it until the last moment, clinging to the possibility of misdiagnosis, a quick decision, and so on.



DEVELOPMENT UNIT

The main right of every human being is the life, but when it is severely affected by health conditions appalling and horrible, which lead to the sufferer to be in an intensive care situation, which is not know if you will, where their existence is in the balance, where there may be an irreversible exit, where the future will depend on the existence of extraordinary means, connected to machines such as ventilators, may wonder if you are taking care of life or prolonging the agony that can lead to death. In a moment that we forget the death Euthanasia. So that means good death, sweet and free from suffering.

The word euthanasia comes from the Greek eu = good, thanatos = death. "Good death" a term that has evolved and now refers to the act of ending the life of another person, upon request, in order to minimize their suffering. The first used Francis Bacon in the seventeenth century.

In order to develop properly the subject, it is necessary to conceptualize the outset as follows: Death and Dignity.

Death is the termination of life, the physical earthly stage where we have been acting and becomes, therefore, the last and inevitable act of our existence. It is simply the usual price we pay for having lived. It said that as the famous French anatomist Xavier Bichat "life is not simply the set of functions that resist death." Resistance is inevitably vulnerable, ie it has a limit.

Life, on the other hand, belongs to us, is personal and not transferable. Similarly, the death is also something personal and not transferable. So I really think it can be said with propriety that the individual dies, his own life and lives his own death.

Human beings pass their own lives, encouraged or stimulated by small or large aspirations, which some call the "spurs", ie the incentive to live. But of these the least like any individual are: the misery and pain. The fact expect to see us not placed in circumstances that inspire pity and compassion in the eyes of others, establishing an attitude towards life, which is called dignity.

Dignity is a behavior with gravity and decorum, a "quality that enhances or maintains self-esteem and that of others." If we really consider ourselves not go to aspire to that we never feel sorry for our state of misery and pain. So, we have the right to live with dignity and therefore assumed to also have the right to die with dignity.

The death of Socrates, as described by Plato in Faidón and Alain de Botton on The consolations of philosophy, is the most beautiful example of death with dignity. The philosopher Socrates, a model of temperance and morality, just before the voyage without return thought it prudent to go swimming with it to prevent the women as usual, had, after death, to wash his body. Once clean drank the poison, until the last drop, and when he felt his legs and heavy, decent lay on their backs without complaining or showing any suffering, if he was not the most optimistic person who was there, since all the other people suffered to learn that Socrates would die with it the admiration of those around him.

In contrast, the great poet Porfirio Barba Jacob of misery and pain, physical and moral, said shortly before: "He apologized for this agony so little gallant" having lost their self-esteem and that of others, does not detract from the famous poet but offer no apologies for the dignified death she was living.

Euthanasia has been defined as assistance to die assisted suicide or those who can not do it yourself, it is ethically legitimate. There are two kinds of passive euthanasia means allowing the person to die, stop medical treatment, or not keep alive artificially. And there is active euthanasia which consists in doing something for the person dies, as the administration of a lethal poison or drug.

All human beings have the right to freedom itself implies tolerance, acceptance of the freedom of others even when we do not like what they do. Forced to live in suffering is worse than allowed to die in peace. Legislation prohibiting euthanasia is against the weaker, which wants to die but can not commit suicide, causing the continuation of suffering. The penalty of being punished severely those who make a lot of good relevant as subjective assessment of the person receiving the relief of death. Those who are against the legalization of euthanasia may change their minds if they were in a desperate situation and need someone to help them die. Participate in euthanasia can be an act of piety.

As mentioned at the beginning, life is a right, but not a duty or obligation. Each person has the exclusive right to life because it can not be transferred to any other, but can afford it and extinguish it at will. Life is not a duty.

The practice of a dignified death has been both supported and rejected from the principles of humanity, as many consider it to take the place of God, when it is not because God gave us the ability to dispose of what we do, including our life, and if they say that God always wants the best for us not think I want to see us in a deplorable state of suffering.

While there have been many people who have supported this practice by using different arguments that are considered very valid.

The Stoics (Seneca, Epictetus and Marcus Aurelius) and a dignified death are:

Seneca says that "suicide is preferable to a meaningless life and suffering."

Epictetus preaches death as an affirmation of free will. That is life and has no bearing whatsoever and only causes suffering for the patient and family for him, so that the patient has the right to decide. It has also been endorsed by Plato and he says that "death is better left to non-healthy body." While I believe that this is not true in general, as there are many people who can not be completely healthy but is helpful and happy as this.

But utilitarians say that any morally good when it produces more good than harm and a better balance of good consequences for any other alternative action.

Bentham identifies the "good" in question with pleasure or happiness, and evil with pain or unhappiness. Therefore, the utilitarian support "The greatest good for the greatest number." I definitely do not cause more good to have a person dying, that a dead person who died in a good state, without suffering a lot and in a dignified manner. Utilitarians say that the greatest good for the greatest number, then I think there will be more good and happiness for both the patient and his family if he helps to die in a dignified manner, and there is a greater evil and pain if it helps prolong the suffering. So euthanasia is good, given the pains that removed him to whom is suffering, it decreases the damage to society and ends with a "burden" for the family. Who is retiring from life is not harmful to society, at most stops producing property.

Another defender of a dignified death is Thomas More, who says: "When the incurable diseases are added atrocious suffering, judges and priests, are patient and try to urge him to see who is already deprived of property and vital functions, and since life is pure torture, should not hesitate to accept the death, do not hesitate to free himself or allow others to release that is, death does not depart from the sweetness of life but the execution and perform a pious and holy work, this type of death is considered an honorable thing. "

Although my position is in favor of the practice of a dignified death also recognize that there are several valid reasons against this and that by accepting euthanasia is to give freedom and at the same time to end it. And could increase the number of deletions to weak and feeble-minded people if applied in an unethical manner euthanasia, likewise, increase the pressure on the performer (doctor) of the act by the family. And there may be homicide death mask perhaps worthy to collect an inheritance.

As shown, the sea of ​​questions draws us is still large, however, there is already some awareness in our time for her to be accepted in some way, the values ​​have been changing gradually and is already coming, that someday soon, approving the right to die really fair. Individuals are taking more seriously their role in this historic moment and begin to ask about the existence transcendental aspects of being.


Obviously, there are people for one thing and people in favor of another. I think the die "with dignity" has many drawbacks, for example, should die in pain? Should we help someone who wants to die?, Etc. My opinion is that I do believe that help should not feel pain when you die, do not agree to live connected to a machine to do so, but do not die with excruciating pain. Here comes into play euthanasia, which is death at the request of the patient, and that raises a great debate: Some people say yes, other people put conditions, the Church refuses because it argues that life is not something that we own and therefore can not decide about it, the Church is currently fighting.

We must also take into account that in our society, suicide is frowned upon, then what Euthanasia is suicide? Well, yes and no. Yes, and you yourself decide to die, not because the circumstances are special. But do we really want a dignified death? I think many people who are in favor of it would have to do with the situation and before you have to take into account that each case is different and peculiar, and vice versa, people who favor must know all the cases because I think none are alike.

The four basic ethical principles from a standpoint of bioethics and very accurately mark a dignified death are:

Principle of Non-maleficence: You must avoid causing physical, mental or moral harm. To do this you must avoid making incorrect diagnostic or therapeutic interventions or contraindicated from the standpoint of scientific-technical and clinical, unsafe, or without sufficient evidence and protect their physical integrity and privacy.

Principle of Justice: Must obtain a fair distribution of benefits and burdens, facilitating non-discriminatory access, adequate and sufficient for people to available resources, and efficient use of them.
Principle of Autonomy: People must respect that manage their own lives and make decisions about their health and disease.

Principle of Charity: You must promote the welfare of people, trying to make their own lives and happiness as far as possible.

An important point to note is that these 4 principles are not all placed on the same plane, but in two different but complementary. The first level is occupied by the principles of non-maleficence and justice, and has to do with the structural framework that takes place the clinical setting. Basically have a public dimension. Down the boundaries between what can be decided whether or not the background. So the first thing they have to ensure health organizations and professionals is that attention to citizens as possible to avoid the risk of harm and makes available the most effective technologies and procedures for the protection and promotion of health ( Principle of Non-maleficence).

The second thing we have to ensure is that the investment of public resources in such proceedings and efficient technologies and, once they are made available to the public, access to them is fair (Principle of Justice).

On a different level are the obligations stemming from the content of the clinical relationship. Here the private meeting between professionals and patients will specify what is meant to improve or safeguard the health of people, and establish, from the indicated procedures will be finally and no. The only limit is not exceeded that which is established in the previous level, non-maleficence and justice.

Professional benefícienle bring to the clinical setting technical scientific knowledge and clinical experience in order to help the patient choose from among the available alternatives, setting the appropriate advice (Principle of charity).

The autonomous patient will contribute to the clinical setting of their values, preferences, beliefs and subjective assessment of quality of life (Principle of Autonomy).

Therefore, what we call "informed consent", the key to modern health relationships, not simply the result of a process of deliberation about the ethical obligations arising from the autonomy and beneficence, within a predetermined by no -maleficence and justice. A clinical decision should always start by confronting the framework principles (non-maleficence and justice), and only if the above must be weighed in terms of content (autonomy and beneficence).

But moral judgments about the ethical legitimacy of a given performance is not only the beginning. The complexity of real life is often so enormous that no system of rules or ethical principles can adequately respond to all situations.

Sometimes, paradoxically, we must justify exceptions to the principles because we understand that a blind application of the same, disregarding the real context, may be more harmful than break them. In such cases we chose the lesser evil and justify exceptions.

Any system of principles and standards inevitably carries a list of exceptions. This does not discredit the principles or standards, which remain valid, but relocates to a humanizing perspective, provided the justification for the exception is correct. All this is essential for analyzing the dignified death from the point of view of bioethics.

Contrary to what has long been that the main ethical problem of euthanasia and assisted suicide is not acceptable whether or not a person wants to die and ask another to end his life. Although this may pose problems from the point of view of religious morality, from the standpoint of civil bioethics is perfectly legitimate, something derived from the principle of autonomy. The reference in order to be taken into account only has to meet the conditions demanded autonomous actions: to be free and voluntary, to be informed and be done in terms of capacity. The problem comes after this request has been formulated and is to determine what the obligations of others, particularly health professionals regarding this request. That is, the question is whether this request is configured as a right that creates an obligation on professionals, such as health institutions and in society in general.

So far the majority response was that this request can not be addressed because it breaks another ethical principle, one that establishes the framework of legitimacy in any healthcare: the principle of non-maleficence. Professionals can not do things contrary to good clinical practice, much as they ask the patients. And yet, in our country and the vast majority of countries, causing the death of patients is something considered maleficent, medical malpractice, something contrary to professional ethics and civil ethics. So much so that, as already stated, such behavior usually punished by law, as happens in our country.

But that does not mean that in the future things may not change. We have already noted that many individuals, groups, etc. believe that euthanasia can be compatible with respect for the dignity of human beings. This requires two processes of legitimation different but can be complementary: one is to reconsider the idea that causing the death of patients with conditions that have been exposed to define the term euthanasia is contrary to the principle of non- -maleficence and that, therefore, health professionals can not do it. This reflection requires a strong sense of social maturity on which are the contents that define the role of health professionals. We must accept that, although the order of these professionals is, in general, to protect health and life, sometimes in certain situations this can lead to professionals, paradoxically, to produce death. At heart this is the reflection made by countries such as Holland, Belgium and Luxembourg. This route opens the door to legalization processes of this practice, as has happened in these countries. The other route is the exception. That is, is to accept that as a general rule, is part of non-maleficence principle of the prohibition of causing the death of patients. But at the same time consider that in certain extreme situations, the lesser evil is to break that principle and to justify an exception. This requires careful definition of the specific situations in which such action can be done, and be rigorous in its application to prevent abuse. This route opens the door to legalization processes in which the practice of euthanasia is still considered a crime, but is acceptable in certain cases.



CONCLUSION

After discussing the controversial issue came to the conclusion that life is a natural phenomenon, not a transcendent mystery and a gift from god as they have done some religions believe. The termination of life can be for any accident, fatal illness, exhaustion, or by the will of the living. If man does not decide the timing and circumstances of his death, they are the random or uncontrollable circumstances which determine it, and not an imaginary divine entity. An ethical life is about being alive, but does not mean wanting to be alive. A living person can argue with interest about life because you want help or permission, for himself or for another person to cease to exist. We never gave ourselves life does not mean we do not have the power to take it away. The man is full of his own life, not just a manager, and not have to give to anyone of your use of it.

Dying with dignity would then die free of pain, with analgesics and tranquilizers needed for anxiety and drug delivery are required against the discomforts that may occur, eliminating where possible the suffering of death in life. Although not only reducing the pain, which is worth a life with some autonomy and freedom. Dying with dignity is to respect the dignity of dying, there are cases where the patient craves death somehow, but because of medical meddling, protected by a moral duty, the patient must endure a degradation so that they did not equals how terrible it might be the way to death, destroying the dignity of the person, so these measures can no longer remain a human being. What to preserve the physician is the whole human being and not just a mere vegetative existence. In our current era, with different interests, different rhythms of life, with much larger horizons of life, with a more evolved, with increased technological advances and recognizing one could conceivably go euthanasia.

I also believe that it should be understood that to euthanasia and murder are essentially different. Euthanasia is not equivalent to the elimination of unnecessary or burdensome elderly, the mentally handicapped and undesirable members of society. Legalizing euthanasia is not to decide who can live and who not. Have the right to help someone to die as they will not mean to kill him against his will. The fear of the danger of abuse, the law evolves so that the doctor can kill the patient against his will, is equivalent to believing that legalizing sex or prostitution would lead to legalized rape. Confusion between euthanasia and murder in some debates seems to consciousness as a distraction caused by the lack of arguments that the ban.

Also not to be confused with a doctor and a murderer. Since a is a professional murderer who kills a person against the will of the victim and the victim wishes euthanasia death. The medical profession has no immutable missions established by a Hippocratic oath, but has knowledge that can be useful for others: most patients want to stay healthy and stay alive, a few want to help them die with dignity . It does not seem wise to fear a doctor because he has helped other people die. Doctors have always had skills that give them power to kill, but that does not mean legalizing euthanasia easier with the murder of his patients.

To conclude this issue is important that in our country like Mexico, could be dignified death that causes less damage than benefit, because the conditions are not conscientious, legislation, and coverage may be necessary to have somehow taken into account in this country but now already legalized in the Netherlands and other countries in developing, this could be an incentive to legalize in the future in our country.



SOURCES

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9.   AUDIVISUALES (PELICULA)
Mar Abierto
El jardinero fiel.
10.- DOCUMENTOS ELECTRONICOS.
Artículos en internet basado en fuentes impresas.